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Paracaidistas en San Antonio de la Cal.

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Les comparto algo muy importante para mí: el año pasado, justo el día del cumpleaños de mi difunta abuelita Ma Osi, mi amiga paracaidista mexicana Ireri Guerrero, me dijo que un veterano paracaidista de su país, quería contactarme. Revisé y había recibido un mensaje de Fernando Mejia, que estaba trabajando en un proyecto para erigir un monumento en San Antonio de la Cal, Oaxaca, México. El monumento es en homenaje a dos paracaidistas militares que fallecieron en el cumplimiento del deber durante las maniobras generales de invierno el día 10 de diciembre de 1977. El militar me dijo que tenía una propuesta para la comisión que estaba coordinando el proyecto, para lo cual solicitaba que yo le autorizase el uso de mis versos, uno de ellos en singular, de la última estrofa del poema de mi autoría Hermandad de la Seda para ser el epitafio del monumento en memoria de los heroicos hermanos paracaidistas Sold. FAFP Onésimo Alvarado Hernández y Sold. FAFP Sabino Víctor Rubio Gutiérrez. A lo cual

La década de las misiones

Una década finaliza hoy, hace 10 años yo tenía las dos misiones más importantes de mi vida: que se realizara el trasplante renal para mi hermana y cuidar a mis abuelitos ya muy enfermos y ancianitos. En el 2011 fue el trasplante y me dediqué a cuidar a mis viejitos y pasó algo que pensé que nunca tendría en mi vida: el amor de un hombre que me amara tal como soy y yo amarlo tal como es. Al final de la década he perdido a mis amados abuelitos, la muerte se los llevó antes de lo que mi corazón hubiera deseado, Ma Osi murió a los 90 años y papá Bene a los 100, y yo los quería eternos. Hace 10 años me preocupaba por todo lo que enfrentaría, pero tenía muy claras cuáles eran mis misiones. Hoy entrego mi misión, entrego la década de las batallas al pie de las tumbas de mis amados. Hubo momentos duros, demasiado duros, pero me queda todo lo maravilloso vivido con mis abuelitos, su amor y sus recuerdos, está mi hermana con vida, graduada de médico después de su resurrección con el trasplante y

Adiós, niña Yita. Descanse en paz.

Doña Margarita Cornejo, persona querida, emprendió su viaje hacia la luz perpetua. Ella siempre fue una persona educada y fina en su trato, especialmente recuerdo que cuando yo era niña, solía ir a su casa a comprar las mejores charamuscas que he probado, allí estaba ella, la niña Yita, como le decíamos de cariño, estaba con sus hermosos ojos del color de los manantiales iluminados, su sonrisa, que por naturaleza era como una rosa, y su excepcional trato, amable y elegante. Siempre tuvo una frase noble para mí y para mi hermana. El tiempo pasó, crecí y yo era adolescente y pasaba frente a su casa, yo siempre volvía la mirada para verla y allí estaba: bella, buena y sagrada. -Adiós, niña Yita -le gritaba. -Adiós niña -me respondía. Pasaron más años y ya no la pude ver, hoy me entristezco al saber que se ha ido, hoy me duele decir “Adiós, niña Yita”. De alguna manera sé, en lo profundo de mi corazón, que ella responde con el aprecio de siempre, que su amor no se irá, que se queda con su

Mayra Paz (R.I.P), nueve años de su partida.

Hoy hace 9 años que mi gran amiga Mayra Paz se fue de esta vida. 9 años que parecen eternos sin su presencia. Cuántas cosas han pasado y he deseado que ella estuviese allí para compartir juntas, tal como en los viejos tiempos. Hay amistades que no se rompen, aunque nos separen los mundos. Amiga ¡Cuánto te extraño! Requiescat in pace.

Adiós Año 2017

Qué bueno que casi termina este año, la mayoría del 2017 no me ha ido bien, solamente he tenido poquísimos momentos bonitos, la mayoría han sido momentos tristes, pérdidas irreparables de familiares, amigos, compañeros de trabajo. Cambios en lo laboral, buenos, malos y muy malos, dificultades económicas que arrastro desde hace bastante tiempo y problemas de salud en mi grupo familiar, mis proyectos inconclusos, lo que tenía planeado no lo pude hacer, utilicé toda mi energía para mantenerme a flote y ya no pude avanzar como quería, por lo menos un par de meses sí hubo cosas buenas, la mayoría fue un mal año para mí, agradezco las manos solidarias que me han apoyado, tengo mucho que agradecer. Hubo días de hambre y días de abundancia, días de amor, días de duelo. Todos lo sabemos, la vida es así, una amalgama de sentimientos, detalles y batallas. Gracias por estar con nosotros gente querida. Y bueno, a hacerle frente para el otro año, a afilar mis armas para las guerras del mañana. Besos

Descanse en paz, tía Chabe.

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Mi querida tía Isabel Magaña nos ha dejado, tenía 100 años de edad, era tía de mi abuelo Benedicto y la diferencia en edad sólo era poco más de 2 años. Mi abuelo, con su voz consternada me dijo: “creo que yo tenía 7 años porque aún no había muerto mi madre, era invierno y yo iba con mis papás por el camino de Los Lagartos a Los Ángeles y la Chabe iba con nosotros. El camino tenía cercos de espina de matial a los dos lados y cuando pasamos por el cementerio, de repente ella comenzó a decir que era más rápida que yo, me dijo que porqué no hacíamos una carrera por la calle y le dije que sí. Ella comenzó a correr, la alcancé chapaleando por todos los charcos mientras ella corría por la parte seca, creí que yo iba adelante, luego ella me dejó atrás y me ganó. Ve, ahora, qué tristeza, la Chabe se me volvió adelantar”. En el cantón hay un sitio en el río, llamado ‘la poza de las Magaña’ porque allí cerca vivían mis bellísimas tías, el nombre ha perdurado por muchas décadas, tía Chabe fue la

No soy la misma de hace 10 años

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Recuerdo mi forma de pensar en 2006, me alegro mucho no pensar igual, cada momento la estructura de pensamiento se va moldeando de acuerdo a las nuevas experiencias. Hace 10 años tenía otras cosas metidas en la cabeza, ahora hasta me siento mal conmigo por haber pensado así, qué bueno que nunca es tarde para cambiar de formas de pensar. para este post he tomado como referencia los últimos diez años. Me cambió la vida la muerte de mi bebé cuando estaba en mi panza en 2007, traer a mis abuelitos a vivir conmigo y ser responsable de cuidarlos como a dos bebés desde 2010 a la fecha, la enfermedad renal de mi hermana en su peor etapa desde 2008 hasta el día de su trasplante en 2011 y ahora compartimos un riñón cada una, el accidente que tuve con un paracaídas en 2013 que me dejó con muchos desafíos físicos que poco a poco voy superando, la enfermedad de mi abuelito que casi lo pierdo en 2014, mi abrumador colapso financiero en 2015 del que no me he podido levantar a poco más de un año